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Papistas

Papistas En mi Centro escolar el curso no acaba con las evaluaciones, calificaciones, actas, atención a padres, fiestas varias de despedida, memoria escolar y otras lindezas anexas al hecho de ser enseñante.
No, en mi Centro prosigue la tortura con el cumplimiento legal de la Formación Permanente del Profesorado y tiene güasa no por ser más papistas que nadie en el cumplimiento del calendario escolar MEC sino porque a veces nos hacen una oferta variada, que te permite elegir tus intereses, pero otras imponen un supermegahipercurso que afecta desde Infantil hasta Secundaria que paso a ejemplificar.
Objetivo: Nivel usuario de Excel
Profesor que lo imparte: Chicobueno de Tecnología (llamado familiarmente El Trepa)
Aula:Tercera planta (patio a través de 36ºC) con techo de uralita acondicionado
Materiales: Un ordenador normalito para cada tres subnormales, sillita escolar de formica para culitos jóvenes y unas fotocopias para tontos extraídas del Manual
Agrupación flexible: es decir a la que caiga, lo mismo uno que no sabe donde está el botón de encendido ni las letras en el teclado con otro enteradísimo de todo.
Temporalización:
- Entre que llegamos de mala baba, nos sentamos de cachondeo y nos callamos cuando vemos sudar al trepa: 30 minutos.
- Entre que enseña el botón de encendido a la peña virgen y responde a sus pánicos de borrar el disco duro: otros 30.
- Entre que consigue que reconozcan los iconos de programas y la barra de herramientas han pasado otros 30
Y yo que agüanto un poco pero no tanto saqué mi más inmisericorde vena Cruella de Vil y dije alto, claro, fuerte y despacio un: Me estoy aburriendo, que rasgó el Pais de las Maravillas programado por mi compañero en miles de trozos de puta realidad.
Naturalmente conseguí un ordenador para mi sola, y un objetivo porque acabé enseñándole al trepa como sacar un listado de alumnos con asignaturas pendientes a pesar de los códigos alfabéticos del más puro LOGSE.
Este año es peor, un conductista de mierda nos enseña cognitivamente a coger carrerilla leyendo
Y el que quiera que haga la prueba
AVISO PARA INCAUTOS: Tengo el teclado cargado de letras y las neuronas dispuestas para enterrar en palabras a cualquiera que intente sugerir que soy muy dura o que mientras más rápido se lee más se disfruta de la lectura
HE DICHO

Para María

Para María María se quiere pelar.
Es tan vehemente que parece que está descubriendo la vida cada segundo de su vida.
Y a mí me recuerda mi adolescencia en algunos aspectos de la suya.
Quizás es más rebelde que yo aunque nunca fuí sumisa, pero aprendí en cabezas ajenas que se puede hacer lo que uno quiera sin morir en el empeño.
Ella aprenderá, porque es muy inteligente, que no hay que inmolarse, que los mártires eran mucho más capullos de lo que parecen

Señores del bien y del mal

Señores del bien y del mal Soy maestra desde que mi padre me arrobaba con sus explicaciones.
Creo que esa admiración profunda a desvelar misterios como un sensual baile que deja al descubierto una verdad atractiva y no del todo desnuda, es la que transmito a mis alumnos.
Los veo mirarme y entreveo sus pensamientos, casi sus dudas sin preguntarme, sus relaciones virtuales antes de que trabajen.
Y me gusta no sólo por lo que les enseño, ni siquiera porque creen en mí y confían en mis procedimientos. Me enganchan porque cada año me enseñan a ser más sabia, me ayudan a comprender más este misterio del pensamiento.
Ellos lo saben y por eso me eligen, incluso los pequeños porque los llevo al laboratorio y les enseño denticiones, esqueletos o sardinas y los que no me conocen porque han oído hablar de mí.
Lo de las evaluaciones es lo que no aprendo.
Cada trimestre me revelo a ser juez del proceso en donde se juzga al más débil, al menos favorecido socialmente, afectivamente o intelectualmente.
Nunca a nuestra sociedad, nunca nuestros medios, nunca a los fuertes
Lo de junio es rebeldía, insatisfacción y ganas de hacerlo mejor

justicia

He llegado de dar unas clases particulares muy especiales y me encuentro un comentario de Evasiva sobre que le gusta leer los post. Seguramente hace referencia a los de mi hermana porque yo también estoy enganchada a ellos, pero... me ha dejado comentarios y me gusta. Debo de ser más vanidosa de lo que aparento, y escribo.
Escribo porque eran niños marginales de mi ciudad, tres, un chico y dos chicas hoy estaban especialmente expresivos. No sólo no soy autoritaria sino que de pronto pienso que lo más preciso es escucharlos, dejarlos hacer, que ya los torturan bastante en clase y que esas tardes que están conmigo podemos jugar a las palabras en la pizarra que es donde más les gusta trabajar, será que la escriben poco o que están de moda los grafity.
El chico estaba muy trabajador y le estimulaban los problemas cuyo lenguaje no conocía y yo tenía que traducir al lenguaje común para que él concluyera con los símbolos matemáticos y sus operaciones más básicas.
Una de las chicas tenía que copiar un cuento que no entendía y no lo hacía con ganas.
La última, con más carácter, dijo que no pensaba utilizar las fracciones como operador de cantidades y se dedicó a hacerme trencitas.
La cosa hubiera quedado medio bien, pero hasta el niño cesó en su tarea para hacerme también trencitas, y para ganar su espacio comenzó a insultar a las niñas que no se quedaban atrás sino que adelantaron terreno largando manotazos.
De pronto me vi en medio de una batalla verbal en donde los juramentos sobre mentiras evidentes se sucedían, y los manotazos con boli incluído arreciaban. La caja de Pandora estaba abierta mientras yo rogaba que las manos no, por favor, las manos no.
Y nos pusimos en la pizarra mientras el chico escribía superorgulloso ----------------------
que a la de cuatro vocales estaba descubierta como externocleidomastoideo y quise explicarle, no que ese tipo de palabras son más fáciles de descubrir que las que tienen menos vocales, sino dónde comienza y donde finaliza ese músculo que nos hace girar el cuello.
Pero no le interesaba ni un poquito.
El trofeo era lo larga que es la palabra y lo rara que resulta decirla del tirón.
Y me fuí al acabar la hora pensando si es justo lo que hago