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OBEDIENTE

OBEDIENTE

Las mañanas se deslizan por el tobogán de las obligaciones y, cuando la decisión de poner los pies en el suelo toma tierra, ya todo impulsa al espacio siguiente, al tiempo que le sucede.

También las tardes andan con un mecanismo que algún día, olvidado, le imprimí y su fin es una cama de excusas que espera no tener que dar cuentas de los sueños que no tiene.

El cuerpo no quiere acompañarme y se mueve ágil, seguro, ligero. Los labios siempre dispuestos a decir lo que otros quieren escuchar
O a sonreir

Así soy
Y no me resigno
Quiero buscarme, si existo, o confirmar como Adriano:

«Almica que me huye tan delgada,

vieja amiga del cuerpo en que vivía,

¿a qué lugar ahora está llamada,

paliducha, desnuda, tan helada

tú, que aún ayer fundabas mi alegría?»

Porque el alma se nos va yendo cuando el amor no lo ocupa

Del cariño, la autoestima, confidencias,viajes y otras cosas del Caribe

Del cariño, la autoestima, confidencias,viajes y otras cosas del Caribe

Tengo la puta manía de sintetizar hasta los más vívidos sentimientos y esta vez se me ha colado en el título. Pero no hay post que resuma ni deditos que resistan el frío que mi teclado se obstina en transmitirme.
Y sigo en la tarea interrumpida de verbalizar experiencias enmarañadas porque las viejas se entrelazan a las nuevas superponiendo, además, el grito salvaje de los genes egoistas.
Si comienzo por el principio recuerdo la sórdida estación de Málaga que tantas veces ha estacionado mi deseo de llegar al calor de mi familia y sin embargo me regala la privacidad que no consiguo en esta ciudad muy pequeña, pequeñísima en donde a duras penas me sobrevivo.
Soy nadie mientras espero la salida del tren y más yo que nunca en mi aislado anonimato que siento como burbujas que invaden mi gravedad para hacer insoportable mi levedad.
Y para demostrarlo la vejiga me urge y entro en esos retretes horribles con maleta y todos los pocos avíos con los que he aprendido a viajar.
El tren siempre me fascina, probablemente me hipnotiza su rutinario vayven,

A veces...

A veces...

Lucho contra la ansiedad de la misma forma que contra los malos pensamientos.
Pero a veces pierdo

No tengo edad

No tengo edad

Me he puesto unos vaqueros con vuelta de cuadritos rosas con lazos en el culo y una camiseta rosa de corte japones que en vez de botones repetía lazitos que se desatan si te lo piden de aquella manera y que en un corte transversal dejaba mi ombliguito al aire con un poco de toblerone a la vista
Como voy andando, he sentido las miradas de hombres de todas las edades y como mis alumnos son pelotas y mis compañeras menos atractivas que yo, me han dicho que me quedaba guay.
También mis hijos, muy críticos por cierto, me han cubierto de piropos cuando he entrado derrengada por la puerta de casa.
Y ahora os pregunto: ¿por qué mi marido lo único que me ha dicho es que no tengo edad para ir enseñando la barriga?
Me he cambiado por la tarde para no escucharlo, pero seguía atractiva y no se ha callado hasta que una mirada de cansancio a través del espejo ha resuelto la situación.
Y es que mis neuronas se cansan mucho

Andando

Andando

Tengo que recorrer escasamente trescientos metros para llegar al Cole, así que lo normal es hacerlo andando. Pero si se convierten en una gimkana a contrareloj, servidora no es ni virgen ni mártir y coge su deportivo rojo en cuanto se superponen inconvenientes.
Me explico:
Entro a las ocho, tengo cinco horas diarias con adolescentes de los que leo todo lo que producen a diario con lo que supone de carga de papeles y... lo peor, mi casa está a nivel del mar, y el monte de Santiago donde plantaron el Colegio a quinientos metros sobre el mismo que se salvan con los consiguientes escalones para el acceso a la plaza, a los que se añaden unos pocos para la entrada y no se cuántos más para las aulas.
Todos los años me propongo ir andando y todos los años lo cumplo hasta el día que se me cruzan los cables y mando la conciencia a tomar viento.
Estoy cumpliendo la promesa y disfruto con los cuatro naranjitos que hay en la base de la escalinata y que me recuerdan la plaza de mil naranjas que cobijó nuestra infancia. Pero hoy he salido antes de casa y no había alumnos precipitados que alborotaran, sólo nueve gatitos de distintos pelajes señoreaban el lugar.
Y mi sistema límbico me ordenó buscar a Baghera, a seres solitarios y huraños de los que nunca debo olvidar lo que hay detrás de esa mirada de ingenuidad, inocencia, incomprensión y desvalimiento.
¿ Lo recuerdas ?

Quitapenas

Quitapenas

No, no voy a escribir del vino ni del prozac ni de ninguna ayuda exógena sino de la compulsa con la que estoy matando el gusanillo de la ansiedad.
Y es que no aprendo a dosificarme, soy un deroche de energía y quiero aprender a vender caro el octanaje que reparto de gratis y... como no creo que lo consiga hago encaje de bolillos a lo que la maestra de mi abuela, Cándida García, ya le daba el terapéutico nombre del quitapenas.
Mientras mis deditos ágiles hacen moverse la trama de los hilos, veo y siento aparecer al ritmo de la parsimonia medicinal con la que me curo, la obra de arte que me lleva siempre a preferir a la tranquila mujer habilis frente a la jilipoyas mujer sapiens sapiens.
He dicho.
Y me he quedado descansando.

Lo de la parsimonia es para que lo enlacéis si os gusta

Babia

Babia

Falta poco para acabar el curso y menos para que mi paciencia llegue al límite, así que esta mañana decidí quedarme en la blogosfera un ratito antes de ir al cursillo.
Naturalmente llegué tarde y me senté al lado de un señor mayor que cuando el profesor dejó caer algo sobre los alumnos que estaban en Babia repitió con sonrisa enigmática:
-Va Vía.
Suficiente para despertar mi curiosidad que inmediatamente quedó satisfecha con la anécdota de francos y otros forasteros que cuando pasaban por el Camino de Santiago preguntaban a los lugareños que contestaban en el inglés comercial de aquella época, que si, que iban bien por allí.
Y ya puestos me contó que era de Estébanez, en las proximidades de Astorga y recordé un viaje de cocidito Maragato en Castrillo de los Polvazares en casa de Maruja, pueblos fantasmales como Foncebadón en cuyo altar mayor estaba el pesebre del vaquero que quedaba en el pueblo, una Ponferrada templaria que nos introdujo en el Bierzo llegando a Compludo donde el paraje de la herrería te anegaba de agua al igual que a la fragua.
Conocimos, comiendo cecina, a un chico de extroversión patológica pero al que agradeceré toda mi vida que nos indicara una ruta hacia Piornedo que pasaba por el Valle de Tejedo del Sil donde estaban sacando patatas de una tierra negra de textura y olor realmente indescriptibles. Hay que ir allí, sentirlo, y ver como se aleja mientras te adentras en la Sierra de los Ancares.
Me acordaba de una frase de Neruda en el prólogo de sus memorias en donde afirmaba después de describirlo con pasión infinita:
Quien no conoce el bosque chileno, no conoce este planeta
Como veis buen provecho y anarquía este cursillo de julio (por si me espían)
Camino de SantiagoCamino de Santiago

Desesperada

Desesperada

He presumido con Mox de usuaria ágil y el farfullo me ha gafado.
Acabo de joder un artículo, casi acabado, cuando intentaba un enlace.
Pregunto: ¿Se puede recuperar o engrosará los archivos akásicos?

Papistas

Papistas

En mi Centro escolar el curso no acaba con las evaluaciones, calificaciones, actas, atención a padres, fiestas varias de despedida, memoria escolar y otras lindezas anexas al hecho de ser enseñante.
No, en mi Centro prosigue la tortura con el cumplimiento legal de la Formación Permanente del Profesorado y tiene güasa no por ser más papistas que nadie en el cumplimiento del calendario escolar MEC sino porque a veces nos hacen una oferta variada, que te permite elegir tus intereses, pero otras imponen un supermegahipercurso que afecta desde Infantil hasta Secundaria que paso a ejemplificar.
Objetivo: Nivel usuario de Excel
Profesor que lo imparte: Chicobueno de Tecnología (llamado familiarmente El Trepa)
Aula:Tercera planta (patio a través de 36ºC) con techo de uralita acondicionado
Materiales: Un ordenador normalito para cada tres subnormales, sillita escolar de formica para culitos jóvenes y unas fotocopias para tontos extraídas del Manual
Agrupación flexible: es decir a la que caiga, lo mismo uno que no sabe donde está el botón de encendido ni las letras en el teclado con otro enteradísimo de todo.
Temporalización:
- Entre que llegamos de mala baba, nos sentamos de cachondeo y nos callamos cuando vemos sudar al trepa: 30 minutos.
- Entre que enseña el botón de encendido a la peña virgen y responde a sus pánicos de borrar el disco duro: otros 30.
- Entre que consigue que reconozcan los iconos de programas y la barra de herramientas han pasado otros 30
Y yo que agüanto un poco pero no tanto saqué mi más inmisericorde vena Cruella de Vil y dije alto, claro, fuerte y despacio un: Me estoy aburriendo, que rasgó el Pais de las Maravillas programado por mi compañero en miles de trozos de puta realidad.
Naturalmente conseguí un ordenador para mi sola, y un objetivo porque acabé enseñándole al trepa como sacar un listado de alumnos con asignaturas pendientes a pesar de los códigos alfabéticos del más puro LOGSE.
Este año es peor, un conductista de mierda nos enseña cognitivamente a coger carrerilla leyendo
Y el que quiera que haga la prueba
AVISO PARA INCAUTOS: Tengo el teclado cargado de letras y las neuronas dispuestas para enterrar en palabras a cualquiera que intente sugerir que soy muy dura o que mientras más rápido se lee más se disfruta de la lectura
HE DICHO

De dientes y dentistas

De dientes y dentistas

Padre es médico y los que han curado nuestras dolencias infantiles y juveniles eran amigos suyos.
Y digo esto para dejar claro que nuestras visitas eran divertidas en cuanto a las anécdotas, inéditas o repetidas, pero terribles como actos médicos limitados a cumplir el trámite sin remuneración.
Nuestro dentista vivía al final de la calle Tetuan en una casa lóbrega, aunque viniendo del Patio Banderas casi todas lo hubieran sido, cuya sala de espera tenía el suelo de pavés que en nuestra ignorancia creíamos que eran ceniceros puestos del revés y que cegaba el patinillo (actual patio de luces).
Aquella sala de espera era con todo, lo mejor del consultorio, porque al entrar en el gabinete, el olor a clavo te hería la pituitaria y te aflojaba las piernas hasta el punto que subir a la camilla (estilo catafalco) era tarea asistida casi siempre.
En la pileta se podían oir los gritos ensangrentados en la absorción elíptica y ronca del chorro continuo de agua y en las sábanas leer los padecimientos de los antecesores de, al menos, esa tarde.
El amigo de padre era locuaz, activo y un poco destartalado a la hora del manos a la obra, es decir, que no anticipaba ni preveía posibles necesidades y eso, tendida en el catafalco,os juro que congela las neuronas hasta el Pánico
Por si no han quedado diáfanas las causas de mis fobias, me bajo al ruedo a torear con aquella tarde en que mi hermana pequeña y yo, mozalbitas de mérito, fuimos solas a la consulta y añadiré que el amigo de padre era hombre dado a la admiración y manipulación suavona de la hermosa juventud.
Naturalmente mi posición de hermana mayor me daba el poder absoluto de echarla a torear de telonera y así se hizo.
No son descriptibles los acontecimientos que se sucedieron en aquella habitación del terror, el dentista omnubilado por la hermosura de la niña tendida en la camilla comenzó una tarea caótica. La niña me miraba con sus ojos redondos aterrorizada sabiendo que yo tampoco iba a decir nada...hasta que se cerraron, desmayada del dolor.
Creo que no acabó la faena ni comenzó la mía y estoy segura que nunca volvimos
Al argentino que me arregló los desarreglos sólo le impuse que no sintiera ni las brocas, que hiciera lo que le diera la gana para no preocuparme más de mis dientes y ... que cobrara lo justo.
También tiraba los tejos sobre mi parecido con la Claudia Cardinale.
Debe de ser cosa del oficio pero yo, ya había aprendido

Portela

Portela

Su nombre era José Ruiz de Hinestrosa pero nadie lo llamaba así.
Había tanta necesidad en aquellos años 50 que se lo contaba a padre a la manera sentenciosa de la gente de Cádiz:
- Don José aquí en invierno, pasa hambre hasta el alcalde.
Usaba pocas palabras, pero contundentes, como los hombres de la mar porque lo era hasta la médula de sus huesos.
Padre nos contaba su origen explicando las estrategias de Fernando III para asediar y conquistar la perla de los almohades, la entrada por Sanlúcar de Ramón Bonifaz y cómo Rota se repobló con paisanos del Almirante Bonifaz de origen burgalés (del Valle de Tobalina en donde, al lado de Castrojeriz, está Hinestrosa).
En el pueblo nadie lo llamó por ese nombre.
Siempre fue Portela porque al preguntarle: ¿A dónde vas?, contestaba con esas maneras suyas:
-A por tela.
Palabra con la que, todavía hoy, llamamos al dinero.
Y Portela que tenía contactos, dos cojones y mucha hambre, se metía con su barca en el Atlántico y llegaba hasta Tánger a por estraperlo y lo difícil no era la mar, que lo era, ni la barca marinera peor que la mejor patera, sino la llegada con los guardias civiles en la playa que a veces lo metían en el cuatelillo y le partían la cara a guantazos:
-Pero D. José,le contaba a mi padre, yo nunca dije nada porque me jugaba el pan del invierno.

He visto un reportaje casero de la llegada de una patera a Caños de Meca y las lágrimas corrieron despacito por mi memoria al ver a una mujer darle el pecho a un bebé.

Los nuevos Portelas no son de Hinestrosa pero hay una memoria colectiva en mi pueblo que nos hace eternamente humanos

Buscaminas

Buscaminas

Soy una ludópata reprimida.
Me gustan todos los juegos y los recuerdo ligados a todas las épocas de mi vida como sustitutivo de decisiones que no me gusta tomar.
Ahora me voy a evaluar mi tutoría pero antes me voy a echar un buscaminas (continuará)

El Océano niña!

El Océano niña!

El mar es eternamente antiguo y continuamente nuevo.
Hoy ha sido mi primer día de playa aunque hace poco estuve en un charco salado, rodeado de bloques y asfalto que no tiene nada que ver con mi mar.
Y miraba los últimos flamencos en la Mar Chica, las plantas halofitas invadiendo la arena, los pinos de Sammar engañosos en su tenuidad, las miles de conchas preparadas para formar nuevos suelos...y el cielo... y el sol...y el mar.
Y los olores de antes se mezclaban con los actuales y los niños de entonces con los que siempre serán.
Y la entrada despacito en el agua helada con otras a galope de niña hermosa.
Y la arena dorada y tibia, rebozándome entera.
Y el sonido, monótono en su constancia
Y el sol
Y el sueño

Para María

Para María

María se quiere pelar.
Es tan vehemente que parece que está descubriendo la vida cada segundo de su vida.
Y a mí me recuerda mi adolescencia en algunos aspectos de la suya.
Quizás es más rebelde que yo aunque nunca fuí sumisa, pero aprendí en cabezas ajenas que se puede hacer lo que uno quiera sin morir en el empeño.
Ella aprenderá, porque es muy inteligente, que no hay que inmolarse, que los mártires eran mucho más capullos de lo que parecen

Intimidad femenina

Intimidad femenina

Cuando mi madre volvía de jugar en la Plaza de Doña Elvira, con sus naranjos, azulejos y albero, se quitaba su impoluto traje almidonado y lo volvían a colgar en el armario porque no lo podía manchar.
Cuando una mañana desayunando con ella le conté que tenía ganas de tener un boudoir , yo ya tenía tres hijos y necesitaba ese espacio de intimidad/libertad que el papel de madre-esposa-señoraprovinciana me había robado y quería recuperar.
Hacía muchos años que no convivíamos y se me olvidó que no soportaba mi independencia.
Me dijo cosas terribles sobre mis aspiraciones como si supusiera, por mi parte, una cierta superioridad.
Ni siquiera cuando lloré desconsoladamente se apiadó de mí.
Hoy he leído en el post de mi hermana un comentario de Luis Muiño sobre la conquista de la intimidad en el siglo XX y se me ha ocurrido regalarle a ella mi post (sabrás por qué)
... Pero mi boudoir nunca fué tan libre como el de Sade ni en mis fantasías y, además, todavía no tengo más que una piscina a mi medida.
Aunque todo llegará

Señores del bien y del mal

Señores del bien y del mal

Soy maestra desde que mi padre me arrobaba con sus explicaciones.
Creo que esa admiración profunda a desvelar misterios como un sensual baile que deja al descubierto una verdad atractiva y no del todo desnuda, es la que transmito a mis alumnos.
Los veo mirarme y entreveo sus pensamientos, casi sus dudas sin preguntarme, sus relaciones virtuales antes de que trabajen.
Y me gusta no sólo por lo que les enseño, ni siquiera porque creen en mí y confían en mis procedimientos. Me enganchan porque cada año me enseñan a ser más sabia, me ayudan a comprender más este misterio del pensamiento.
Ellos lo saben y por eso me eligen, incluso los pequeños porque los llevo al laboratorio y les enseño denticiones, esqueletos o sardinas y los que no me conocen porque han oído hablar de mí.
Lo de las evaluaciones es lo que no aprendo.
Cada trimestre me revelo a ser juez del proceso en donde se juzga al más débil, al menos favorecido socialmente, afectivamente o intelectualmente.
Nunca a nuestra sociedad, nunca nuestros medios, nunca a los fuertes
Lo de junio es rebeldía, insatisfacción y ganas de hacerlo mejor

De caracteres heredables

De caracteres heredables

Las Maortuas eran mujeres de una vez, valían para todo sin competir, por el placer que les procuraba el trabajo tanto manual como intelectual y tenían una extraña veneración a los hombres que se manifestaba hasta en los más pequeños detalles.
Claro que no todos los varones pertenecían a esta categoría, yo he visto eliminar de ella sin pestañear a un pipiolo que se atrevió a no tomar el café ritualmente servido tras la opípara comida.
Podría dar pruebas (es la número 40 de esta lista) de ello en algunas de las que todavía viven, pero más me gustan las evidencias de que sus caracteres sean heredados además de heredables.
Y es que mi niña dió desde pequeña síntomas de la herencia, que se agravaron en la preadolescencia cuando, viendo a su padre jugar al tenis, me miró como a una hormiga y afirmó :¡Qué suerte has tenido al casarte con él!.
Llegaron los tiempos malos y a pesar de ser yo el hilo que la conducía en una adolescencia tormentosa, sabía que era el modelo paterno el que necesitaba y siempre intenté reconducirla.
Ahora son colegas se respetan, se estiman y el tiempo irá sacándole brillo a esa imagen.
Pero no ha sido su padre sino mi padre el elegido en esta nueva etapa de su vida(ontinuará)

La niña

La niña

la niña me dice que escriba sobre ella, y no se llamaba Miércoles, se llamaba como se llaman las afortunadas que iluminan la vida de los que andan cerca
Y jugaban en la playa incansablemente porque nunca le faltaron otros niños que le estropearan castillos, la tiraran al agua en perdepie al grito "el que no se quiera ahogar que nade" o le hicieran comer arena hasta someterse a la voluntad del más fuerte.
Una infancia tan repleta de niños propios que jamás supo de los otros.
La niña me dice que te diga, que fuiste la primera persona a la que quiso amar y proteger.
Que recuerda el momento preciso, en aquel patio amplio y fresco, muy próxima a la cancela, los ojos redondos y profundos que aún conservas, más ricos quizás, en los que creyó leer que tú también necesitabas que alguien te eligiera.
La niña supo desde entonces que tu luz brillaría siempre entre las tinieblas

traidores rima siempre

traidores rima siempre

Con esto de la boa entra una a curiosear por los post que quiere y se acaba hilando fino.
Y eso es lo que me ha sucedido en este domingo gris de primavera con promesa de tarde hospitalaria y despues de leer a Escolar que me mandó a su artículo aterricé con el Google en ésa biografía que no tiene desperdicio.
En vista de lo visto, esta pobre inocente que quería desmenuzar el modelo de Caprile para los Oscar se ha visto obligada a retomar viejos dichos:
¡Qué razón tenía mi padre cuándo decía que todos los borbones riman siempre!

Inteligencia y sentimientos

Inteligencia y sentimientos

Hoy le quiero hacer un regalo a mi mana, ella lo va a reconocer conforme pinche aquí
Este Marina me gusta mucho y en este artículo analiza cosas en las que todos hemos pensado, inteligencia, afectividad, conflictos de género y sobre todo una frase que transcribo porque la he sentido y ya sabemos lo que pasa en la zona de aprendizaje próximo.
Está hablando cómo se planteó qué estudiar y dice:
"Estudie filosofía porque me encantaba el baile, quería dedicarme a algo que tuviera que ver con el baile. Hasta que me di cuenta que lo que me emocionaba del baile era una cosa que no era estrictamente el baile. Sino esa capacidad de trasfigurar el esfuerzo en gracia."
No se que sentís al leer esto, pero a mi me remueve las endorfinas a tope, de pronto alguien pone palabras(pensamiento) a algo que siempre has sentido.
Lo del glosario es que no manejo bien esto de las URLs por eso repito lo de endorfinas