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Quitapenas

Quitapenas No, no voy a escribir del vino ni del prozac ni de ninguna ayuda exógena sino de la compulsa con la que estoy matando el gusanillo de la ansiedad.
Y es que no aprendo a dosificarme, soy un deroche de energía y quiero aprender a vender caro el octanaje que reparto de gratis y... como no creo que lo consiga hago encaje de bolillos a lo que la maestra de mi abuela, Cándida García, ya le daba el terapéutico nombre del quitapenas.
Mientras mis deditos ágiles hacen moverse la trama de los hilos, veo y siento aparecer al ritmo de la parsimonia medicinal con la que me curo, la obra de arte que me lleva siempre a preferir a la tranquila mujer habilis frente a la jilipoyas mujer sapiens sapiens.
He dicho.
Y me he quedado descansando.

Lo de la parsimonia es para que lo enlacéis si os gusta

Portela

Portela Su nombre era José Ruiz de Hinestrosa pero nadie lo llamaba así.
Había tanta necesidad en aquellos años 50 que se lo contaba a padre a la manera sentenciosa de la gente de Cádiz:
- Don José aquí en invierno, pasa hambre hasta el alcalde.
Usaba pocas palabras, pero contundentes, como los hombres de la mar porque lo era hasta la médula de sus huesos.
Padre nos contaba su origen explicando las estrategias de Fernando III para asediar y conquistar la perla de los almohades, la entrada por Sanlúcar de Ramón Bonifaz y cómo Rota se repobló con paisanos del Almirante Bonifaz de origen burgalés (del Valle de Tobalina en donde, al lado de Castrojeriz, está Hinestrosa).
En el pueblo nadie lo llamó por ese nombre.
Siempre fue Portela porque al preguntarle: ¿A dónde vas?, contestaba con esas maneras suyas:
-A por tela.
Palabra con la que, todavía hoy, llamamos al dinero.
Y Portela que tenía contactos, dos cojones y mucha hambre, se metía con su barca en el Atlántico y llegaba hasta Tánger a por estraperlo y lo difícil no era la mar, que lo era, ni la barca marinera peor que la mejor patera, sino la llegada con los guardias civiles en la playa que a veces lo metían en el cuatelillo y le partían la cara a guantazos:
-Pero D. José,le contaba a mi padre, yo nunca dije nada porque me jugaba el pan del invierno.

He visto un reportaje casero de la llegada de una patera a Caños de Meca y las lágrimas corrieron despacito por mi memoria al ver a una mujer darle el pecho a un bebé.

Los nuevos Portelas no son de Hinestrosa pero hay una memoria colectiva en mi pueblo que nos hace eternamente humanos

Esto no es así

No tengo a nadie a quien contarle la intensa amargura que me invade
Se que este inicio tiene algo que ver con el deseo de compasión pero me da lo mismo. No conozco la justa correspondencia de la amistad.
Me atan lazos de sangre, de intereses sociales o económicos con casi todas las personas con las que me relaciono. La soledad es un plato que saboreo desde muy joven, pero ahora me parezco una paria, sin tronco ni raices, sin domesticar por nadie y víctima de mis propios principios porque hay algo que me ha llevado a engañarme sobre la realidad... ¡ decían que era tan lista! Más manejable me he vuelto, más vulnerable soy...
Y esto no es así. Lo único que existe es tu pensamiento y la interpretación que tu misma haces de la realidad. El altruismo, la empatía... los nuevos conceptos de la propaganda que hace más serviles a los jilipoyas como yo
Estoy pa ajogarme en vino.
Eso sería lo adecuado
Me voy