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Babia

Babia Falta poco para acabar el curso y menos para que mi paciencia llegue al límite, así que esta mañana decidí quedarme en la blogosfera un ratito antes de ir al cursillo.
Naturalmente llegué tarde y me senté al lado de un señor mayor que cuando el profesor dejó caer algo sobre los alumnos que estaban en Babia repitió con sonrisa enigmática:
-Va Vía.
Suficiente para despertar mi curiosidad que inmediatamente quedó satisfecha con la anécdota de francos y otros forasteros que cuando pasaban por el Camino de Santiago preguntaban a los lugareños que contestaban en el inglés comercial de aquella época, que si, que iban bien por allí.
Y ya puestos me contó que era de Estébanez, en las proximidades de Astorga y recordé un viaje de cocidito Maragato en Castrillo de los Polvazares en casa de Maruja, pueblos fantasmales como Foncebadón en cuyo altar mayor estaba el pesebre del vaquero que quedaba en el pueblo, una Ponferrada templaria que nos introdujo en el Bierzo llegando a Compludo donde el paraje de la herrería te anegaba de agua al igual que a la fragua.
Conocimos, comiendo cecina, a un chico de extroversión patológica pero al que agradeceré toda mi vida que nos indicara una ruta hacia Piornedo que pasaba por el Valle de Tejedo del Sil donde estaban sacando patatas de una tierra negra de textura y olor realmente indescriptibles. Hay que ir allí, sentirlo, y ver como se aleja mientras te adentras en la Sierra de los Ancares.
Me acordaba de una frase de Neruda en el prólogo de sus memorias en donde afirmaba después de describirlo con pasión infinita:
Quien no conoce el bosque chileno, no conoce este planeta
Como veis buen provecho y anarquía este cursillo de julio (por si me espían)
Camino de SantiagoCamino de Santiago

Desesperada

Desesperada He presumido con Mox de usuaria ágil y el farfullo me ha gafado.
Acabo de joder un artículo, casi acabado, cuando intentaba un enlace.
Pregunto: ¿Se puede recuperar o engrosará los archivos akásicos?

Buscaminas

Buscaminas Soy una ludópata reprimida.
Me gustan todos los juegos y los recuerdo ligados a todas las épocas de mi vida como sustitutivo de decisiones que no me gusta tomar.
Ahora me voy a evaluar mi tutoría pero antes me voy a echar un buscaminas (continuará)

Intimidad femenina

Intimidad femenina Cuando mi madre volvía de jugar en la Plaza de Doña Elvira, con sus naranjos, azulejos y albero, se quitaba su impoluto traje almidonado y lo volvían a colgar en el armario porque no lo podía manchar.
Cuando una mañana desayunando con ella le conté que tenía ganas de tener un boudoir , yo ya tenía tres hijos y necesitaba ese espacio de intimidad/libertad que el papel de madre-esposa-señoraprovinciana me había robado y quería recuperar.
Hacía muchos años que no convivíamos y se me olvidó que no soportaba mi independencia.
Me dijo cosas terribles sobre mis aspiraciones como si supusiera, por mi parte, una cierta superioridad.
Ni siquiera cuando lloré desconsoladamente se apiadó de mí.
Hoy he leído en el post de mi hermana un comentario de Luis Muiño sobre la conquista de la intimidad en el siglo XX y se me ha ocurrido regalarle a ella mi post (sabrás por qué)
... Pero mi boudoir nunca fué tan libre como el de Sade ni en mis fantasías y, además, todavía no tengo más que una piscina a mi medida.
Aunque todo llegará

De caracteres heredables

De caracteres heredables Las Maortuas eran mujeres de una vez, valían para todo sin competir, por el placer que les procuraba el trabajo tanto manual como intelectual y tenían una extraña veneración a los hombres que se manifestaba hasta en los más pequeños detalles.
Claro que no todos los varones pertenecían a esta categoría, yo he visto eliminar de ella sin pestañear a un pipiolo que se atrevió a no tomar el café ritualmente servido tras la opípara comida.
Podría dar pruebas (es la número 40 de esta lista) de ello en algunas de las que todavía viven, pero más me gustan las evidencias de que sus caracteres sean heredados además de heredables.
Y es que mi niña dió desde pequeña síntomas de la herencia, que se agravaron en la preadolescencia cuando, viendo a su padre jugar al tenis, me miró como a una hormiga y afirmó :¡Qué suerte has tenido al casarte con él!.
Llegaron los tiempos malos y a pesar de ser yo el hilo que la conducía en una adolescencia tormentosa, sabía que era el modelo paterno el que necesitaba y siempre intenté reconducirla.
Ahora son colegas se respetan, se estiman y el tiempo irá sacándole brillo a esa imagen.
Pero no ha sido su padre sino mi padre el elegido en esta nueva etapa de su vida(ontinuará)

La niña

La niña la niña me dice que escriba sobre ella, y no se llamaba Miércoles, se llamaba como se llaman las afortunadas que iluminan la vida de los que andan cerca
Y jugaban en la playa incansablemente porque nunca le faltaron otros niños que le estropearan castillos, la tiraran al agua en perdepie al grito "el que no se quiera ahogar que nade" o le hicieran comer arena hasta someterse a la voluntad del más fuerte.
Una infancia tan repleta de niños propios que jamás supo de los otros.
La niña me dice que te diga, que fuiste la primera persona a la que quiso amar y proteger.
Que recuerda el momento preciso, en aquel patio amplio y fresco, muy próxima a la cancela, los ojos redondos y profundos que aún conservas, más ricos quizás, en los que creyó leer que tú también necesitabas que alguien te eligiera.
La niña supo desde entonces que tu luz brillaría siempre entre las tinieblas

Amigotas

Amigotas Tengo una peña de amigas de lo más, no me voy a poner muy subida, pero se os van a poner los dientes de a metro porque hacemos de todo una vez a la semana.
La disculpa es el póker, y por más interesante que sea una conversación, repartidas las cartas se interrumpe por lo que en realidad está mal empleada la palabra disculpa.
También cantamos, menos tangos porque mi Soli dice que son muy tristísimos y que "si nos lo sabemos entero", al hilo de las palabras que van surgiendo y lo mismo da en francés que en inglés que en español. Somos muy internacionales en la música.
Pero en llegando las 8,45 las miradas urgen hacia la anfitriona que inmediatamente y al grito de es la hora del güiski, comienza a desplegar ante nosotras toda clase de frivolidades culinarias que iré describiendo en sucesivos post, y por supuesto nuestra bebidita con hielo que probamos al unísono con la palabra Lehayim.
Aquí cesa el juego, a veces intentamos seguir, pero se hace difícil sortear bandejitas y alguna aprovechona pasa la mano poniendo su po, a tal punto que hemos tenido que escribir, acásicamente claro, una norma sobre la imposibilidad de pasar la mano mientras comemos y consiguientemente, hemos tenido que interrumpir la partida cuando el número de bandejitas hace prudente la decisión.
Una vez degustado, cotilleado cada plato y repetido hasta la saciedad que no debemos de poner tanta comida, la mesa queda despejada inmediatamente y prosigue el juego repitiendo algunas como un mantra "no tenía que haber comido tanto porque estoy más gorda" y otras, "venga ya con lo riquísimo que estaba todo".
Y con los ritmos alterados por el bien comer y beber prosigue la partida pero con dos paños, las vividoras con la lengua sueltecita "¡ahhhhhhhhhh, qué bien vassssssss! y las depredadoras agazapadillas que se joden la mitad de las veces, porque lo mejor del azar es eso, que se posa en quien quiere y cuando quiere
Xaooppppppppppp!!! me voy a jugar